
Me llama muchísimo la atención, la cantidad de olas que llegan por día a la orilla - creo que son 10.000 por día, o más- Me gusta esuchar su sonido, me gusta cuando las olas rompen fuertemente mientras leo un libro.
A veces pienso que no tiene fin, que es algo infinito. Pero no, sé que no es así.
Amo la variantes de sus colores, ver el amanecer y el atardecer con amigos y amigas, adoro jugar con las olas mientras el verano pasa...
Es tan lindo, tan divertido, tan pacífico...
Cuando era chiquita siempre me preguntaba si el mar pensaba, si él dominaba la cantidad de olas, si él decicidía que la marea baje o suba, o si apropósito traía a las "aguas vivas" (que sigo odiando) y así espantar a la gente ya que quizá estaba cansado de que la gente ingrese en él.
El mar es imponente, tan imponente que hasta lo bebemos cuando jugamos en él. Detesto la gente que dice que el mar es traicionero (no saben lo que dicen). Lo que pasa es que si alguien se ahoga, o se mete en problemas dentro del querido mar dicen que el mar esto o que el mar lo otro. Pero en realidad las personitas tienen la culpa. No tienen que confiarse tanto; "vamos, no pasa nada, un poco más adentro" Y después salen a la luz las malas consecuencias...
En fin, me encanta el mar, lo adoro. Y por eso es que mis vacaciones preferidas son en el aguna playa, porque ahí esta mi amigo el Mar, el mar que piensa en mis sueños.
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