Te observaba desde lejos, y veía en tu reflejo un espejo de mis ilusiones, sueños y deseos. Sólo en tu envoltorio, que sutilmente cautiva innumerables personas. Había algo en vos, quizás una luz, un cartel invisible que me llamaba a tu encuentro. Por temor, por vagancia, o por inutilidad, no le hice caso. Las situaciones, el día a día, la rutina, me facilitaban verte. Y sin embargo las primeras palabra fueron pura ignorancia. Poco a poco emprendí la difícil tarea de conocerte. Aún no lo logré. Y no creo poder lograrlo. Me fundí en tu vida. Una actividad más, una persona a la que saludar, a la que obligatoriamente debés cruzarte a diario. Ni siquiera podés imaginarte, cuanto te quiero. Y ahora que lo pienso... Sabés algo? Yo tampoco.
30 de julio de 2010
Te observaba desde lejos, y veía en tu reflejo un espejo de mis ilusiones, sueños y deseos. Sólo en tu envoltorio, que sutilmente cautiva innumerables personas. Había algo en vos, quizás una luz, un cartel invisible que me llamaba a tu encuentro. Por temor, por vagancia, o por inutilidad, no le hice caso. Las situaciones, el día a día, la rutina, me facilitaban verte. Y sin embargo las primeras palabra fueron pura ignorancia. Poco a poco emprendí la difícil tarea de conocerte. Aún no lo logré. Y no creo poder lograrlo. Me fundí en tu vida. Una actividad más, una persona a la que saludar, a la que obligatoriamente debés cruzarte a diario. Ni siquiera podés imaginarte, cuanto te quiero. Y ahora que lo pienso... Sabés algo? Yo tampoco.
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