31 de marzo de 2010


Parece mentira que la historia se repita otra vez. No puedo creer que de nuevo me haya acordado de vos. Que otra vez me haya acordado de que nunca te habías ido de mi corazón; de que nunca te había dejado de amar.
Y aunque siempre la historia da vueltas como una calesita, yo siempre tengo la misma pregunta porque no me sé bajar de ésa calesita si sigue girando. La incógnita revolotea y revolotea, como un ave huyendo del invierno.
¿Por qué te sigo amando...?
¿Un año no alcanza para olvidarte? No, parece que no.
¿Me lastima que no me ames? Sí, mucho.
¿Te importo? No lo creo.
¿Cuánto te amo? Pf, muchísimo.
El haberme enamorado de vos es algo que me encantó, y me encanta. Pero ahora me hace sufrir. Sufrir porque tan solo sé que no pensás en mí, que no me querés como algo más. Y que si fuese por mí te abrazaría y no te soltaría jamás.
Quiero verte, éso necesito. Te necesito.
Quiero mirarte y volver al día en el que te conocí, aquel día en el que las cosquillas aparecieron en mi estómago y que aún siguen.
Quiero volver a esos días en los cuales hablábamos por teléfono hasta las tres de la mañana. Quiero tenerte otra vez para mí. Demostrarte que me hacés mucha falta y que sos la causa de que odie y ame al mismo tiempo.
Día tras día quiero engañarme. Día tras día quiero borrarte. Pero no puedo siempre llegás en ése momento. En ése justo momento del olvido.
Añoro tus palabras tiernas, tus dedicatorias, tu sabiduría, tu sensibilidad oculta.






No hay comentarios:

Publicar un comentario