9 de febrero de 2010

No hay explicación.

Cuando paso mucho tiempo sin hablarte pienso que ya no te amo. Pero cuando a penas decís "hola" las mariposas y los latidos exagerados reaparecen en mí.
Parece mentira que hace más de un año que te conozco y te siga amando. No entiendo el porqué. ¿Qué es lo que ocasionaste en mí? No le encuentro explicación. Todavía te amo; lo vuelvo a reiterar. Y no me cansa.

Primero fue la etapa imposible: la de gustar de vos y no decírtelo. Y pensar que estar con vos era inalcanzable.
Después la maravillosa etapa: aquella que duró casi cuatro meses.
En tercer lugar: el feo y triste momento de terminar.
Luego la peor etapa: poder lograr olvidarte. ¡Las locuras que hice! Tapaba mi tristeza con un manto de felicidad o con otros problemas que no eran ciertos.
No comía, no era yo, no quería vivir. Mejor dicho, no vivía.
Y en el último lugar (y ojalá que no sea la última etapa junto a vos): La recapacitación. Aquella que me hizo ver que nada está dicho, que nada se esfumó. Y no hay nada escrito de los dos.
Ahora me divierto hablando con vos; tus ironías y sarcasmos, tu forma de ser que me atrapa cada día más (momento cursi)

No encuentro modo de explicar el "¿POR QUÉ?"
· Antes pensaba que te amaba por ser masoquista.
· Ahora no entiendo, ¿por qué me enamoré así de vos? ¿Acaso tenés posiones mágicas en tus palabras y en tu forma de mirar?
Sinceramente no sé. Pero lo único que sé y que tengo bien claro es que estoy completamente y perdidamente enamorada de vos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario